Siempre seremos amantes de los libros porque son compañeros incondicionales de nuestros momentos de soledad, y, además nos generan diversión nos ayudan a irnos de viaje por muchos países y situaciones de toda índole qué queramos a no siempre nos ayudan a tener una mirada critica de muchas situaciones de nuestro entorno social. Dicho esto quiero hacer una defensa del libro como instrumento de enamoramiento y entretenimiento para todos y cada uno de los lectores tanto pasivos como activos; no lo pongamos en duda un lector pasivo es alguien que lee muy poco y esa herramienta que es el libro le puede generar buenos momentos los tiene ahí para cualquier día del año, y no le da la importancia que se merece, además en algunos casos le parece demasiado caro, costoso, y piensa que no vale la pena invertir tanto dinero en esa herramienta para tan poco uso; son este tipo de lector los que nunca valoran el esfuerzo del escritor al enfrentarse a la pagina en blanco y entregarle después de muchos días una herramienta de entretenimiento y aprendizaje para la posteridad… a esté lector pasivo en su vida profesional siempre la llevara como un tobogán porque cómo no lee a menudo literatura general no puede ser muy consecuente con sus conceptos en el área de su trabajo, y esa situación lo pone en aprietos con el buen desarrollo de su profesión. Ahora el lector activo es otro cuento ya que por lo general siempre tiene libros a la mano y nunca, pero nunca, se queja por el costo de los libros ya que él sabe su verdadero valor como herramienta de aprendizaje y motor de fluidez conceptual, lo que lo pone en un lugar de privilegio en el desarrollo de sus actividades laborares, ya que la lectura le genera un manantial de buenas ideas para que pueda aportar en muchas situaciones difíciles de su actividad, también le da la suficiente fluidez verbal para sostener cualquier tipo de conversación y en su entorno se le mira con respeto porque es una persona que siempre está dispuesto a escuchar y dar una opinión de cualquier tema, así no tenga la verdad absoluta.
Por eso señor lector te invito a que entre los artículos de tu canasta familiar siempre tengas presente que el libro puede ser un muy buen alimento para la salud mental de toda tu familia.