[mkdf_dropcaps type=»normal» color=»#000000″ background_color=»»]E[/mkdf_dropcaps]s muy importante aprender a leer cuentos ilustrados, quiero compartir con promotores de lectura y bibliotecarios cual es mi experiencia con la lectura de este tipo de libros, que los hay en todos los tamaños y en diversas formas, son un gran instrumento en el desarrollo de la promoción de la lectura para chicos y grandes.
Lo primero que quiero contarles es que uno de los ilustradores con los que me siento más cómodo es el mexicano Juan Gedovius, del que resalto con entusiasmo sus cuentos infantiles ilustrados c Ribit, y Trucas. Para ponerlos en contexto, con Ribit demoré 6 meses en la privacidad de mi biblioteca en darle una corriente narrativa coherente. La historia que he desarrollado de Ribit es la de un sapo que va rumbo a la escuela, en el camino se encuentra con muchos obstáculos que puede resolver paso a paso… primero se encuentra a una ballena, luego a un pirata, después a un caballero con armadura, luego a una bruja y su gato, después a un puerco espín en la puerta de la escuela, para terminar la noche en el regazo de la luna escuchando la lectura de cuentos.. Luego de tanto ensayar, llegó el día en que me sentí seguro, lo monte en la bandeja de LaCaLiLe.
Desde ese momento me atreví a montar otro cuento ilustrado en LaCaLiLe, el segundo fue “Teléfono Descompuesto” de Ilian Brenman y Renato Moriconi, otro cuento de solo imágenes, a partir de estos tesoros de la literatura infantil he ido consolidando un portafolio de libros ilustrados para hacer más entretenidos los talleres de promoción de lectura por placer. Con estos les doy a los niños una herramienta con la cual pueden hacer 2 actividades al mismo tiempo: disfrutar de la narración oral, y otra la lectura del libro como tal.
Los libros ilustrados se pueden alternar con otros cuentos que sean cortos, pero con el sentido de entretener y saber que puedes aportar desde estas lecturas como un referente lector, para que los niños y niñas que asisten a tus talleres te puedan imitar, y por ahí derecho les ayudas a ir creando su propio habito de lectura; suena como poético, pero es real.
Un promotor que se preocupa por las formas del ejercicio de la lectura en voz alta de seguro será un buen referente, para alumnos y maestros. Vuelvo y lo repito, al promotor de lectura tiene que gustarle mucho la lectura por placer, si no en el momento en que se presente a un público como los niños, se verá envuelto en alguna complicación porque nunca lo hará con el gusto o el placer que ese momento requiere.
Siguiendo con las características de los cuentos ilustrados, estos también nos dan la posibilidad de leer a varias voces en el proceso de los talleres de promoción de lectura; o de hacer la narración del cuento sin el texto en las manos, es posible mostrar página por página a los niños, para que vean de donde sale esa historia que el promotor o bibliotecario les ha narrado, ellos se quedan maravillados al ver las imágenes sin letras.
Algo muy fácil de encontrar son las historias de los libros ilustrados en redes sociales como YouTube, en donde otros promotores de lectura, de todo el mundo, publican sus distintas versiones del mismo libro. Lo mejor siempre será es inventar la nuestra, y así le damos un toque de originalidad; no se puede olvidar que cada lector es libre de leerlo como mejor le parezca, pero, lo que nunca se debe hacer es no ensayar el libro antes de leerlo en público, esta es una regla de oro, leer y leer, cuantas veces sea necesario para poder tener un dominio de la presentación en general, y que además se puedan ver caritas felices por la simple lectura de un cuento infantil. No olvidar que el promotor lee para niños de 0 a 99 años.